El padre de Fuuma y Kotori, antiguo sacerdote del Santuario Togakure donde estaba sellada la espada sagrada, fue asesinado, no sin antes pronunciar unas enigmáticas palabras para Kamui y Fuuma.
Desde que Kamui regresó a Tokio, todo a su alrededor ha cambiado drásticamente y, tras escuchar de Sorata que el destino del mundo está en sus manos, ha estado intentando escapar de su esa carga, sin embargo, una inesperada figura se presenta ante él.