Vivir para la espada y convertirse en demonio. Vivir para la tierra y morir en ella. Tanto Musashi como Shusaku emplean al máximo la disciplina solitaria que cultivaron, la cual podrÃa abarcar una vida entera. Uno en el presente, el otro, para la posteridad. Los estilos de vida de ambos, incapaces de compaginarse, se entrelazan por medio de la frágil vida, del arroz y dan origen a una cosecha inesperada.
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