El frenesà de la sangre de aquel cuya vida se ha guiado por la espada parece haber llegado a su fin. Musashi segó con su arma la vida de más de 70 espadachines, pero en esta existencia nada es gratis. Aun sobreviviendo, la batalla dictó su precio.
Lo que para unos es una desgracia, para otros puede significar una chispa de esperanza. Los cielos podrÃan estar hablando. ¿Acaso serán escuchados?