Hola, soy Nao, un chaval de secundaria corriente y moliente. Bueno, y algo atontado, según dicen por ahÃ. Disfrutaba más o menos de mi vida estudiantil hasta que… ¡mátame, camión! Es decir, literal que me atropelló un coche. Y cuando recuperé la conciencia… ¿¡estaba en el cuerpo de un gato!?
Por suerte, una compañera llamada Chika me adoptó, salvándome de una vida horrible en las calles. Ahora paso los dÃas junto a ella, sin saber cómo volver a mi forma original.
Es cierto que puedo meterme en los rincones más insospechados y siempre caigo de pie, pero por lo demás, ¡marramáu! ¿Quién me iba a decir que ser gato resultarÃa tan duro?