En Fragmentos del mal destacan Espectros de madera y El ave negra, dos relatos escalofriantes en los que Junji Ito nos ofrece una muestra de su gusto por el erotismo truculento.
En esta recopilación abundan los personajes femeninos malvados, como Ruriko Tamiya, de Miss Disección, que insiste en ser diseccionada, o Magami Nanakuse, del cuento homónimo, una obra divertida sobre una escritora especializada en personajes maniáticos.
Remata el libro la perturbadora historia de La mujer que susurra, donde alguien intenta ayudar a una chica que padece de una indecisión desmesurada.